"ME CASO CON EL PAPÁ DE MI HIJO"
Está radiante, con nuevo color de cabello y más delgada, a pesar de su embarazo de apenas “9 semanas y media”, como le gusta aclarar. Claudia Fernández (32) atraviesa una revolución corporal y mental. Un cambio de vida radical, a partir de la noticia del bebé que está en camino, y la decisión de casarse con el hombre de su vida, el empresario Leonel Delménico (31), boda que se cristalizará el 24 de abril en Espacio Pilar. A pesar del frenesí que implica armar una fiesta, Claudia no dispone de mucho tiempo porque, además, continúa trabajando en la obra “Confesiones de mujeres de 30”, y en la conducción de los programas “El Garage” y “Bendita TV”, para la televisión uruguaya. De manera tal que cada minuto vale oro para la vedette y actriz uruguaya, quien no deja de soñar con los dulces momentos que está por afrontar.
Recién llegada de su país, a donde viaja cada fin de semana, y a punto de partir hacia Bariloche y San Martín de los Andes con su espectáculo teatral, Claudia visitó el atelier del diseñador Laurencio Adot, a quien le confió la realización de su vestido de novia, y CARAS fue testigo en exclusiva, de una de las pruebas para ajustar las medidas del traje. Una particularidad en todas las novias es que por los nervios suelen descender de peso, y Claudia no fue la excepción: “Perdí algún kilito, pero crecí en cola -nos confiesa-. Soy adicta a los dulces y, en especial, al chesse cake, pero ahora rechazo todo, y tomo muchos jugos para mantener las defensas altas, ya que no quiero ni resfriarme”. Lo dice pensando en el hijo que está gestando, y también es por él que decidió modificar el color de su pelo: “Dejé el platinado porque la decoloración le puede hacer mal a mi bebé, y opté por el castaño claro”.
Mientras Adot y su asistente ajustan detalles del vestido, del cual, por cábala, se guarda algunos detalles, se puede adelantar que tiene un estilo “romántico español”, según Claudia, o “romántico sensual”. Otro detalle importantísimo de lo que hará en su boda, surgió cuando María Rosa Catini le entregó una aproximación de lo que será su ramo de flores silvestres: “¡Muero de amor!”, exclamó al verlas y confesó que tras su casamiento, no arrojará el ramo como se acostumbra: “Se lo voy a llevar a Uruguay a mi abuela ‘Pola’, que falleció el año pasado y es quien me crió”, cuenta emocionada.
Sus abuelos paternos juegan un papel preponderante en su historia, y también “la entrega en el altar” tendrá una particularidad: la ceremonia religiosa se llevará a cabo en el Espacio Pilar y los novios saldrán del Sheraton Hotel. Claudia lo hará en un automóvil antiguo, color champán, acompañada por su abuelo José Antonio, de 80 años, quien la dejará en manos del papá de la actriz, Fernando Fernández, y juntos recorrerán la alfombra hasta el altar, donde la aguardará el novio. Los anillos serán llevados por Agustina, sobrinita de Claudia. También cabe destacar que los padrinos y madrinas estarán cruzados: Mari y Oscar, los padres de Leonel, se alternarán con los de ella, Alba y Fernando. Las damas, entre quienes se encuentran las tres hermanas de la novia (Mariana, Karen y Adriana), estarán vestidas por Marcelo XT.
Otra originalidad que anticipa la novia es que ingresará con la marcha nupcial interpretada por tres violinistas mujeres, “que trabajaron conmigo en el Maipo”, según aclara, y un piano. Allí jugará un importante papel la ambientación de Carlos Páez, quien decorará el lugar con faroles marroquíes y 500 velas distribuidas por el parque y el salón. En todas las mesas habrá pétalos de rosas del Rincón de las Flores y en los floreros, lirium blancos. La mesa principal será ornamentada con tres candelabros antiguos de cristal y se armarán diez livings temáticos, donde se podrá disfrutar sushi (el preferido de Leonel), comida mexicana (la debilidad de Claudia), y otras especialidades culinarias. La fiesta, prevista para alrededor de 400 personas, incluirá una importante “delegación” de familiares que arribarán desde Uruguay, viajando por Sol Líneas Aéreas, de la cual Claudia es la imagen. En ese vuelo también llegará el grupo musical “Los Fatales”, quienes junto al DJ Sarapura, brindarán a la inolvidable velada un ritmo especial.
Ya en la intimidad de su casa, la actriz confiesa: “Me casaré con el papá de mi hijo”, y se conmueve al enseñarle a CARAS el ajuar que está preparando para el bebé. Claudia vive en un estado emocional permanente. Razones le sobran.
Por: Mario Otamendi
Fotos: F. DE BARTOLO/PERFIL
Fuente: Revista Caras
Está radiante, con nuevo color de cabello y más delgada, a pesar de su embarazo de apenas “9 semanas y media”, como le gusta aclarar. Claudia Fernández (32) atraviesa una revolución corporal y mental. Un cambio de vida radical, a partir de la noticia del bebé que está en camino, y la decisión de casarse con el hombre de su vida, el empresario Leonel Delménico (31), boda que se cristalizará el 24 de abril en Espacio Pilar. A pesar del frenesí que implica armar una fiesta, Claudia no dispone de mucho tiempo porque, además, continúa trabajando en la obra “Confesiones de mujeres de 30”, y en la conducción de los programas “El Garage” y “Bendita TV”, para la televisión uruguaya. De manera tal que cada minuto vale oro para la vedette y actriz uruguaya, quien no deja de soñar con los dulces momentos que está por afrontar.
Recién llegada de su país, a donde viaja cada fin de semana, y a punto de partir hacia Bariloche y San Martín de los Andes con su espectáculo teatral, Claudia visitó el atelier del diseñador Laurencio Adot, a quien le confió la realización de su vestido de novia, y CARAS fue testigo en exclusiva, de una de las pruebas para ajustar las medidas del traje. Una particularidad en todas las novias es que por los nervios suelen descender de peso, y Claudia no fue la excepción: “Perdí algún kilito, pero crecí en cola -nos confiesa-. Soy adicta a los dulces y, en especial, al chesse cake, pero ahora rechazo todo, y tomo muchos jugos para mantener las defensas altas, ya que no quiero ni resfriarme”. Lo dice pensando en el hijo que está gestando, y también es por él que decidió modificar el color de su pelo: “Dejé el platinado porque la decoloración le puede hacer mal a mi bebé, y opté por el castaño claro”.
Mientras Adot y su asistente ajustan detalles del vestido, del cual, por cábala, se guarda algunos detalles, se puede adelantar que tiene un estilo “romántico español”, según Claudia, o “romántico sensual”. Otro detalle importantísimo de lo que hará en su boda, surgió cuando María Rosa Catini le entregó una aproximación de lo que será su ramo de flores silvestres: “¡Muero de amor!”, exclamó al verlas y confesó que tras su casamiento, no arrojará el ramo como se acostumbra: “Se lo voy a llevar a Uruguay a mi abuela ‘Pola’, que falleció el año pasado y es quien me crió”, cuenta emocionada.
Sus abuelos paternos juegan un papel preponderante en su historia, y también “la entrega en el altar” tendrá una particularidad: la ceremonia religiosa se llevará a cabo en el Espacio Pilar y los novios saldrán del Sheraton Hotel. Claudia lo hará en un automóvil antiguo, color champán, acompañada por su abuelo José Antonio, de 80 años, quien la dejará en manos del papá de la actriz, Fernando Fernández, y juntos recorrerán la alfombra hasta el altar, donde la aguardará el novio. Los anillos serán llevados por Agustina, sobrinita de Claudia. También cabe destacar que los padrinos y madrinas estarán cruzados: Mari y Oscar, los padres de Leonel, se alternarán con los de ella, Alba y Fernando. Las damas, entre quienes se encuentran las tres hermanas de la novia (Mariana, Karen y Adriana), estarán vestidas por Marcelo XT.
Otra originalidad que anticipa la novia es que ingresará con la marcha nupcial interpretada por tres violinistas mujeres, “que trabajaron conmigo en el Maipo”, según aclara, y un piano. Allí jugará un importante papel la ambientación de Carlos Páez, quien decorará el lugar con faroles marroquíes y 500 velas distribuidas por el parque y el salón. En todas las mesas habrá pétalos de rosas del Rincón de las Flores y en los floreros, lirium blancos. La mesa principal será ornamentada con tres candelabros antiguos de cristal y se armarán diez livings temáticos, donde se podrá disfrutar sushi (el preferido de Leonel), comida mexicana (la debilidad de Claudia), y otras especialidades culinarias. La fiesta, prevista para alrededor de 400 personas, incluirá una importante “delegación” de familiares que arribarán desde Uruguay, viajando por Sol Líneas Aéreas, de la cual Claudia es la imagen. En ese vuelo también llegará el grupo musical “Los Fatales”, quienes junto al DJ Sarapura, brindarán a la inolvidable velada un ritmo especial.
Ya en la intimidad de su casa, la actriz confiesa: “Me casaré con el papá de mi hijo”, y se conmueve al enseñarle a CARAS el ajuar que está preparando para el bebé. Claudia vive en un estado emocional permanente. Razones le sobran.
Por: Mario Otamendi
Fotos: F. DE BARTOLO/PERFIL
Fuente: Revista Caras
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