domingo, 28 de febrero de 2010

CLAUDIA FERNÁNDEZ Y LAS 50 DE PAPARAZZI:

“POR MI HIJA SOY CAPAZ DE MATAR”










En la Argentina, además de trabajo y alguna que otra rival mediática, esta uruguaya de medidas descomunales encontró el amor y la posibilidad de formar una familia. El año pasado, con un apenas un puñado de meses de diferencia, se casó con Leonel Delménico y tuvo a Mía, a quien dice querer como a nadie en el mundo. Mujer de carácter y de fuertes convicciones, responde con garra charrúa y sensibilidad rioplatense a las 50 preguntas del tradicional cuestionario.


















1. ¿Está conforme con la imagen que le devuelve el espejo?
–No siempre, pero en general me gusto mucho. Cada vez que estoy frente a un espejo veo a una mujer transparente, sin filtros y muy frontal. Me gusta mi imagen, sobre todo ahora que comenzaron a aflorar los primeros signos del paso de los años. No me disgusta ver mis primeras arruguitas. Jamás me haría una cirugía para disimular esas huellas.


















2. ¿Por qué supone que podría acabar en la cárcel?
–Por matar a alguien que osara tocar a mi hija. En ese caso, no lo pienso dos veces, por mi hija soy capaz de matar.

3. En lo profesional, ¿en qué se siente limitada?
–En nada. Cuando tuve que patinar sobre hielo, lo logré; cuando tuve que hacer cuadros musicales en una revista, sin ser bailarina, lo hice. Por eso, puedo decir que no me siento limitada en ningún aspecto de mi profesión. Acepto cada desafío que me toca. De todos modos, me reconozco una aprendiz. Aún no llegué a donde quiero llegar.


















4. ¿Cómo se previene de la violencia urbana?
–En la Argentina actual hay mucha violencia y uno debe tomar precauciones, sobre todo porque es una violencia sin códigos, impulsada por las drogas. Antes, la gente robaba para comer, hoy matan por un par de zapatillas. Por eso, cuando ando por la calle estoy atenta. Si voy en auto trabo las puertas, y cuando me para un semáforo miro para todos lados. A pesar de todo, no salgo con miedo, porque si me dejo llevar por el temor terminaría paranoica, y no podría vivir.














5. De las tareas domésticas, ¿cuál detesta?

–Todas, pero la que menos me gusta es planchar las camisas de mi marido. En la cocina soy una experta. Si Leonel aparece de sorpresa con amigos lo resuelvo fácil, les preparo entraña a la plancha con ensalada de rúcula y parmesano y papas al natural. En la cocina ando volando, me siento como un pez en el agua.


















6. ¿Como cree que se desenvuelve socialmente?
–No soy Miss Simpatía ni tengo una actitud diplomática. No me abro fácilmente. Soy muy observadora. Antes de entablar conexión con alguien estudio la situación. No regalo sonrisas ni besos porque sí.













7. Para una mujer, ¿es más importante la primera o la última relación sexual?
–La relación sexual más importante siempre es la última. De hecho, la que mantuve ayer con mi marido fue la mejor de mi vida. Es un mito que la primera relación sexual marque a las mujeres para siempre.


















8. ¿Cuál es su mayor capital?
–Mi familia. Sentirme amada por mis seres queridos es lo mejor que me puede pasar. El amor que me da Mía, mi hija, cuando me mira con sus ojitos divinos mientras la amamanto, es incomparable.













9. Para usted, ¿qué es el sexo?
–Algo esencial. En mi caso, me siento plena sexualmente. Desde que comenzó mi relación con Leonel el sexo ha constituido una parte esencial de nuestro vínculo y, con el tiempo, se fue afianzando.


















10. Cuando se equivoca, ¿pide perdón o se hace la distraída?
–Si cometo un error, pido disculpas, pero en verdad no recuerdo situaciones en las que me haya equivocado.

11. ¿Cómo definiría al mundo del espectáculo?
–En el ambiente reina la falsedad. Hay gente muy hipócrita, pero eso no tiene que ver con los verdaderos trabajadores del medio. A mí me encanta cruzarme con gente talentosa, los periféricos no me agradan.

12. ¿Por qué podría decir que es una buena persona?

–Porque soy muy generosa, porque sé escuchar, porque doy buenos consejos y porque siempre estoy cuando me necesitan.

13. Ser un símbolo sexual, ¿es una ventaja?
–Para mí es natural. No lo siento una carga. Comencé a trabajar como modelo a los 14, así que desde siempre estuve muy expuesta a las miradas de los otros. A estas alturas, ya estoy acostumbrada a ese rótulo.


















14. ¿Cuáles son los límites de la privacidad?
–Sí fuese periodista no me metería con temas de salud y con los asuntos familiares de los demás. Me parece perfecto que me evalúen como profesional, pero me disgusta cuando se meten con mis seres queridos o con cuestiones que perjudican a terceros. Ese es el límite que, en general, lo deben fijar tanto la prensa como el famoso. Yo elegí mostrar a mi hija porque soy una persona mediática, ya que aparezco en los medios, no porque esté todo el tiempo en la tele, por lo tanto la gente conoce mi carrera, compartió mi amor, mi casamiento con Leonel, la felicidad de mi embarazo y el nacimiento de mi hija, a quien muestro con orgullo pero, obviamente, a medida que ella vaya creciendo, elegirá si quiere exhibirse o no, yo no la expongo más.

15. Cuando nos morimos, ¿a dónde vamos?

–Creo que pasamos a un plano diferente muy lindo, pero intento no pensar en la muerte, menos aún en estos momentos.

Sergio Cohen y Cacho Lemos. Fotos: Editorial Atlántida
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