viernes, 19 de enero de 2018

Claudia Fernández: "En Instagram no construyo nada. Soy como soy"

El regreso a escena como vedete, la televisión, su imagen y las redes sociales 

 "¿Claudia, disculpá, no nos conocemos pero nos podemos sacar una foto?". La que pregunta es una mujer de unos 50 años. Su actitud mezcla el esfuerzo por parecer relajada y el fanatismo de una adolescente. Con torpeza, la mujer saca el teléfono del bolsillo mientras que se acerca y toma con su brazo la cintura de la diva uruguaya. Claudia Fernández –musculosa blanca, enfundada en una pollera de cuero negra, cara lavada, pelo húmedo, preocupada por un herpes en el pómulo– sonríe y acepta. Es la tercera vez que alguien la detiene desde que se bajó del auto en el estacionamiento del Enjoy, en Punta del Este.

A su alrededor, sus hijos, Mía y Renzo, observan con paciencia la escena. Ya están acostumbrados a que su madre hable con extraños y pose para celulares ajenos. De todas formas, algo en sus rostros ilustra disgusto. 

Claudia no se acuerda de la primera vez que alguien la llamó para decirle que la había visto en televisión. Tampoco se acuerda cómo fue que se dio cuenta de que ya era famosa. "Seguramente la primera vez que me pidieron una foto, pero de eso tampoco me acuerdo", dice. Tiene mala memoria, pero cree estar segura de que su primera aparición en la pantalla chica fue en un comercial para Il Mondo Della Pizza cuando tenía 14 años; de ahí, a las escaleras del Maipo. 


Es miércoles, son las siete y media de la tarde y en poco más de dos horas comenzará una nueva función de Stravaganza: Water in art, el espectáculo dirigido por el argentino Flavio Mendoza que está haciendo base durante todo el verano en Enjoy.

En el show la uruguaya tiene un papel principal. Su aparición en el escenario tiene una serie de piruetas, bailes y giros. Para ella el número, ese momento memorable, es cuando baja del cielo sentada en un unicornio con expresión seductora. Claudia no dice ni una palabra durante la función. 

Luego de dejar a los niños en la guardería del hotel, la comunicadora se instala en un camarín improvisado que comparte con las otras figuras femeninas del espectáculo. "Soy muy metódica, hago todo de la misma manera todos los días", explica mientras desenfunda brochas y frascos de maquillaje y los alinea prolijamente en su escritorio. Además de bases, delineadores y coloretes, sobre la mesa también hay muchos caramelos masticables y siempre, siempre, su teléfono.


¿Le sorprendió que Flavio Mendoza la convocara para actuar en Stravaganza?

Sí, la verdad que sí. Porque la última vez que hice un espectáculo de baile fue hace 10 años en el centenario del teatro Maipo. Había pasado mucho tiempo y fue toda una sorpresa la convocatoria. Además yo no estaba haciendo este tipo de espectáculos. 

¿Le dio tranquilidad que la llamaran?

Y asegurarse así de que seguía estando en el ruedo como vedete o figura. Nunca dejé de estar en el ruedo. Me hicieron muchas propuestas después del Maipo pero las rechacé porque nunca fueron cosas a la altura. Dije que si algún día volvía iba a tener que ser de la mano de un megashow. Después del Maipo es difícil saber qué hacer. 

¿Y por qué aceptó Stravaganza?

Porque no podía dejar pasar la oportunidad y darme el lujo de no estar en un espectáculo como este. Además de que tuve el apoyo de mi familia porque la propuesta incluía tener que irme cuatro semanas a ensayar a Buenos Aires.


Por primera vez en 10 años, los domingos de Claudia serán distintos. Mientras se aplica una sombra de ojos fucsia, confirma que Bendita TV no seguirá al aire en 2018. "Fue algo que se dio solo", justifica. El año del mundial fue la excusa perfecta para que el desgaste de la producción y el formato en sí se materializara en una suspensión indefinida del ciclo. 

¿Qué tanto poder tiene en canal 10?

Ninguno. Me causa mucha gracia porque la gente debe pensar que soy accionista del canal o algo de eso. A mí la gerencia no me consulta nada más allá de los proyectos en los que formo parte. Siempre pesa mi palabra y siempre voy a hacer aquello en lo que esté de acuerdo. Esa imagen de poder se generó porque soy figura del canal desde hace muchos años. 

El parcial alejamiento de las cámaras (este año sí estará al frente de una nueva temporada de Escape perfecto) no parece preocuparla porque, asegura, hoy tiene más poder la pantalla del teléfono que la de la televisión. "Hoy todo se mueve en redes y el teléfono vende mucho más", sentencia. Y agrega: "Igual, lo que yo muestro en mis redes es una cuarta parte de mi vida. No muestro nada".


¿Qué Claudia construye en su perfil de Instagram?

En Instagram no construyo nada. Soy como soy y la gente me valora por eso. No careteo nada. No hay punto medio conmigo. Está el que me quiere y el que no me quiere. No está el que me quiere a medias porque yo en la vida también soy así. El medio no me va. 

En sus redes también expone mucho a su familia, sobre todo a sus hijos. ¿Cuánto premedita ese tipo de publicaciones? ¿No le generan conflicto en su intimidad o su matrimonio?

No, porque no hago un reality de mi vida. 

Sin embargo la gente conoce mucho de su vida.

La gente conocería a mis hijos y a mi marido aunque yo no tuviera redes sociales. Cuando no tenía redes sociales los conocían igual porque a mi hija la presenté en el living de Susana Giménez. Yo no tengo rollo ni vueltas con eso. Con mis dos embarazos estuve trabajando los nueve meses al aire en televisión. Mi intimidad forma parte de mi día a día y mi vida en televisión. Mi vida fue delante de las cámaras. Me casé y mi casamiento salió en televisión. No converso esas cosas en mi casa. Es algo natural. 

Ya está casi pronta. Solo necesita ajustar sus apliques de pelo, estirar los músculos y vestirse.


¿Le da miedo envejecer frente las cámaras o bajo la exposición mediática?

No. Ahora a los 40 estoy mejor que antes. Con más energía y fuerza. Hay una etapa para todo y es cuestión de aceptar dignamente cada momento. 

¿Hace terapia?

Sí, empecé hace poquito. Fui porque nunca había hecho terapia y es un tratamiento un tanto especial. Igual es un tema mío, íntimo. Se podría decir que es una terapia alternativa mucho más espiritual.

¿Se imagina en qué puede estar Claudia Fernández dentro de 10 años?

No, ni me lo puedo imaginar. 

Para verla en vivo Stravaganza:
Water in art se presenta de miércoles a lunes con una función diaria a la hora 21.30 en el salón Montecarlo de Enjoy Punta del Este hasta marzo. Las entradas están a la venta en boletería y Red UTS.

Fuente: El Observador - 18.01.2018

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