La popular Claudia Fernández habla sobre su faceta emprendedora y cuales son sus claves para concretar proyectos.
Claudia Fernández se siente emprendedora “desde muy chica”. Tenía siete años y vendía limones y revistas en el muro de la casa de su abuela. Estudió repostería y a los 16 años se puso a vender tortas para cumpleaños de 15 y casamientos. “Siempre me gustó ganar mi propia plata para poder comprarme mis cosas y hacer felices a los que quiero”, recordó.
Luego de destacar en Buenos Aires, incursionó en la conducción televisiva en Uruguay. Hoy su nombre es la marca de una línea de ropa interior de Sisi, una de esmaltes junto a GNP Hands y otra de cosméticos y perfumería con Nuvó A Tupperware Brand.-
¿Cuánto tiempo le llevó tener una marca propia?
La primera vez que se me pasó por la cabeza tener mi línea de ropa interior fue hace cinco años y lo conseguí el año pasado; lo de los esmaltes fue más rápido y lo del perfume más rápido aún.
¿Cómo llegó la idea de los esmaltes?
Estoy mucho con mujeres -en la peluquería, en el canal- y generalmente me preguntan qué color de esmalte tengo puesto, qué cremas uso, cómo me cuidé en el embarazo, qué me pongo en el pelo. Es como una manera de compartir mis cosas con el público. Así empecé con la línea de esmaltes junto a GNP Hands. Después hicimos el body splash y las cramos corporales. En todos los proyectos mantengo la misma firma, el mismo logo, unificando todas las líneas más allá que son cosas separadas.
¿Cómo surgió la crema dorada?
Fue una idea que tuve. Era un secreto que siempre me ponía en las piernas. Hice mi propia crema obviamente mejorada. Perfeccioné mi secreto y lo compartí. Pasaron meses hasta que dimos con lo que realimente quería: que fuera reafirmante, que tuviera rico aroma, que no fuera autobronceante sino que te dejara un color para tapar imperfecciones y además dejara un doradito lindo en la piel. Esas eran las claves, pero pasaron meses hasta que la conseguimos.
¿Cómo es trabajar con empresas del porte de SiSi o Nuvó?
Es un sueño hecho raelidad. Imaginate una casa como Sisi con 50 años que llega a todo el país, que es un clásico de las mujeres.Y una multinacional como Nuvó, que confía en mí, cuando en otros países las figuras son Thalia y Chayane. Y que eso pase acá en Uruguay y a mí es increíble.
¿Usted incide en las decisiones?
Sí, pero escucho a los que saben. Me aseguro que los productos son excelentes porque soy yo la que está expuesta. Trabajando con gente de confianza que tiene experiencia todo es más fácil.
¿Es cierto que está en cada detalle?
Sí, me encanta. Me gusta estar en todo y planificar muy bien. Tengo plena confianza que Leo (su marido Leonel Delménico) va a hacer las cosas como las hago yo, pero me gusta estar, lo disfruto. Acá no hay asistentes, ni secretarios.
¿Hay un antes y un después de su regreso a Uruguay?
Sí, totalmente. No podés pretender tener una marca viviendo en otro país, porque si no sería no encargarte de nada. Tenés que estar para opinar, y eso es parte del resultado.
¿Cómo se maneja en el momento de negociar con las empresas?
Le pido a mi esposo que se encargue de lo que tiene que ver con contratos y números y yo me encargo del producto y lo artístico. Es licenciado en administración de empresas y la tiene muy clara. Me ayuda pero no es mi socio. Todo lo que tiene que ver con la parte formal me aburre mucho. Ahí delego en Leo puedo delegar a ojos cerrados.
¿Cuales son las claves para llevar adelante los proyectos?
Hay que tener paciencia, saber esperar. Saber que los tiempos nuestros no son los de los demás. Puedo llevarle una propuesta a alguien, que es mi prioridad, pero para esa persona en su lista de prioridades está en el número 100. Me funciona que no me coma la ansiedad. Siempre digo que los sueños se materializan. Cuando uno hace algo con muchas ganas, y lo imagina, lo visualiza y termina sucediendo.
¿Qué consejo le daría a alguien que va a emprender?
Que sea perseverante, que crea en lo que siente y en él. Cuando uno esta tan seguro de lo que está ofreciendo y de lo que quiere, y de cuál es su meta, es muy difícil que no llegue. Uno tiene tranquilidad.
Perfil
Edad 37 años
estado civil Casada, dos hijos
Virtud/defecto Ser frontal, “arma de doble filo”.
Por Leticia Martínez
Fuente: El Observador - 25.05.2014
La primera vez que se me pasó por la cabeza tener mi línea de ropa interior fue hace cinco años y lo conseguí el año pasado; lo de los esmaltes fue más rápido y lo del perfume más rápido aún.
¿Cómo llegó la idea de los esmaltes?
Estoy mucho con mujeres -en la peluquería, en el canal- y generalmente me preguntan qué color de esmalte tengo puesto, qué cremas uso, cómo me cuidé en el embarazo, qué me pongo en el pelo. Es como una manera de compartir mis cosas con el público. Así empecé con la línea de esmaltes junto a GNP Hands. Después hicimos el body splash y las cramos corporales. En todos los proyectos mantengo la misma firma, el mismo logo, unificando todas las líneas más allá que son cosas separadas.
¿Cómo surgió la crema dorada?
Fue una idea que tuve. Era un secreto que siempre me ponía en las piernas. Hice mi propia crema obviamente mejorada. Perfeccioné mi secreto y lo compartí. Pasaron meses hasta que dimos con lo que realimente quería: que fuera reafirmante, que tuviera rico aroma, que no fuera autobronceante sino que te dejara un color para tapar imperfecciones y además dejara un doradito lindo en la piel. Esas eran las claves, pero pasaron meses hasta que la conseguimos.
¿Cómo es trabajar con empresas del porte de SiSi o Nuvó?
Es un sueño hecho raelidad. Imaginate una casa como Sisi con 50 años que llega a todo el país, que es un clásico de las mujeres.Y una multinacional como Nuvó, que confía en mí, cuando en otros países las figuras son Thalia y Chayane. Y que eso pase acá en Uruguay y a mí es increíble.
¿Usted incide en las decisiones?
Sí, pero escucho a los que saben. Me aseguro que los productos son excelentes porque soy yo la que está expuesta. Trabajando con gente de confianza que tiene experiencia todo es más fácil.
¿Es cierto que está en cada detalle?
Sí, me encanta. Me gusta estar en todo y planificar muy bien. Tengo plena confianza que Leo (su marido Leonel Delménico) va a hacer las cosas como las hago yo, pero me gusta estar, lo disfruto. Acá no hay asistentes, ni secretarios.
¿Hay un antes y un después de su regreso a Uruguay?
Sí, totalmente. No podés pretender tener una marca viviendo en otro país, porque si no sería no encargarte de nada. Tenés que estar para opinar, y eso es parte del resultado.
¿Cómo se maneja en el momento de negociar con las empresas?
Le pido a mi esposo que se encargue de lo que tiene que ver con contratos y números y yo me encargo del producto y lo artístico. Es licenciado en administración de empresas y la tiene muy clara. Me ayuda pero no es mi socio. Todo lo que tiene que ver con la parte formal me aburre mucho. Ahí delego en Leo puedo delegar a ojos cerrados.
¿Cuales son las claves para llevar adelante los proyectos?
Hay que tener paciencia, saber esperar. Saber que los tiempos nuestros no son los de los demás. Puedo llevarle una propuesta a alguien, que es mi prioridad, pero para esa persona en su lista de prioridades está en el número 100. Me funciona que no me coma la ansiedad. Siempre digo que los sueños se materializan. Cuando uno hace algo con muchas ganas, y lo imagina, lo visualiza y termina sucediendo.
¿Qué consejo le daría a alguien que va a emprender?
Que sea perseverante, que crea en lo que siente y en él. Cuando uno esta tan seguro de lo que está ofreciendo y de lo que quiere, y de cuál es su meta, es muy difícil que no llegue. Uno tiene tranquilidad.
Perfil
Edad 37 años
estado civil Casada, dos hijos
Virtud/defecto Ser frontal, “arma de doble filo”.
Por Leticia Martínez
Fuente: El Observador - 25.05.2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario