sábado, 17 de septiembre de 2011

CLAUDIA FERNÁNDEZ PARA SÁBADO SHOW - HOY ESTRENA LA MAGIA DEL TULIPÁN

Claudia &Laetitia para niños

Se presenta hoy y va toda la semana a las 16:00 La Magia del Tulipán, un obra infantil que dirige Nacho Cardozo. "Trabajar para niños me da mucha satisfacción", dice Claudia Fernández.


Hay que salvar un jardín y en especial a una flor, el Tulipán mágico de cristal. Claudia es Claudia Fernández, la heroína de este musical infantil y principal defensora del jardín frente a las intenciones maliciosas del villano, interpretado por Petru Valensky. La princesa Laetitia D`Arenberg, del lado de los buenos, representa a la abuela de Claudia y ostenta poderes de hada madrina. Amigos o secuaces se van sumando a uno y otro bando en el desarrollo de esta historia que, de acuerdo a sus responsables, busca apoyarse en la transmisión de valores hacia los más chicos. 


Esta tarde y durante todos los días de esta semana, a las 16:00 en el Teatro Metro se presenta La magia del Tulipán, un espectáculo musical infantil que implica la reafirmación de las intenciones de Fernández para su carrera. "Cada vez más quiero dedicarme a los niños. Es lo que siento. Lo que mayores satisfacciones me da. Porque cuando empezás a trabajar con niños te das cuenta que el amor de ellos es completamente incondicional, el niño no juzga, no tiene maldad. Es lo mejor que te puede pasar", asegura la también conductora de Jungla mágica, el programa infantil sabatino de Canal 10. 


La magia del Tulipán también implica el debut teatral de la empresaria D`Arenberg. "Ser actriz siempre fue el sueño de mi vida, pero de joven no lo pude cumplir porque mis padres no me lo permitían, me desheredaban, se morían. Y cuando me llegó la invitación de Claudia la acepté inmediatamente. Más para un espectáculo para niños tan lindo y con unos valores que es necesario transmitir. Y encima con un fin solidario. Encantada", dice la princesa en referencia a que parte de la recaudación irá para el Cottolengo Don Orione femenino. 


El texto y las canciones corresponden a Alfredo Leirós y la dirección a Nacho Cardozo. Participa además Paolo, un actor con síndrome de down y que trabaja en el centro Tarobá. Hace el papel de mejor amigo de Claudia. El espectáculo se apoya en una pantalla donde aparecen personajes y donde hace las suyas "Claudita", una animación de una muñeca que estuvo a cargo de la productora Locomotion. "Es un trabajo increíble. Claudita baila en la pantalla la misma coreografía que yo hago en el escenario. Lo grabé con un traje con sensores y en Locomotion hicieron la animación".


Mía, la hija de año y medio de Claudia, también tiene una participación a través de la pantalla en La magia del Tulipán. Su sobrina Agustina también actúa y su hermana está en la producción, junto con Macromercado.

Sábado Show entrevistó a Fernández y a D`Arenberg sobre este espectáculo, que se presenta toda la semana de vacaciones de primavera y luego inicia una gira por distintos puntos del país. 


-¿Cómo surgió este proyecto?

-(Fernández) Con Alfedro Leirós hace tiempo que pensábamos en armar un espectáculo para niños. Queríamos encontrarle la vuelta a una historia que tuviera que ver con los valores, en una época en que los niños juegan sobre todo con la tecnología. Está buena la tecnología, pero eso hace que los niños no salgan tanto a la vereda, ni practiquen, hacen los juegos que hacía cuando yo era chica y que se hacían en grupo e implicaban valores. Nos llamaba transmitir eso: el respeto, el valor de la amistad, de la familia. 


-Este año también conduces Jungla mágica. ¿A qué crees que se debe esta dedicación ahora para los niños?

-(Fernández) El nacimiento de Mía me cambió. Me da placer ensayar los temas y cantarlos y que Mía los baile. No hay nada que me haga más feliz que eso. Ella tiene una participación en la obra, y también mi sobrina Agustina.

-Es un cambio de perfil que de repente puede sorprender a algunos, ¿cómo lo vives tú?

-Feliz. No veo nada de malo en ser versátil y cambiar. Yo soy Claudia Fernández, que te hago Confesiones de mujeres de 30, que hice los 100 años del Teatro Maipo y ahora, este programa para niños. Hay cosas que no hago más, por una elección propia. Hay revistas que no aceptaría, lo de vedette - vedette. Mis últimas producciones no tienen nada que ver con eso. Por otro lado, hay que ser dúctil. Yo me críe viendo a Cacho Bochinche, que estuvo 50 años de TV, y Cacho también hacía Chichita vestido de mujer y jugaba con el doble sentido: "Vamos a cortar el chorizo cantinpalo"... todo eso, qué se yo y no afectó a ningún niño. No hay ningún niño traumado por eso. Hay que ser amplio, dúctil y cuando uno hace las cosas realmente de corazón, el otro te acepta. 


-¿Cómo sigue tu año?

-Con los programas: Jungla mágica y Bendita TV, Animales sueltos en Argentina. Lo que he decidido dejar es El garaje porque en verdad no me dan los tiempos. Ya pensaba hacerlo el año pasado, pero hablé con la producción y me convencieron. Ahora quedará en mi lugar Patricia Fierro, que es una amiga y que tiene un apellido ideal. ¡Qué otra cosa va a hacer si no es El garaje! (Risas). Y con La magia del Tulipán vamos a seguir por el interior, ya tenemos seis fechas y en cada departamento donde estemos se va a donar parte de lo recaudado para alguna institución local que lo necesite. Y te diré que tal vez la llevamos a Argentina. 

PRINCESA - HADA. 


Laetitia D`Arenberg, propietaria de La cabaña Las Rosas y del establecimiento Lapataia, tiene unos días movidos en la Rural del Prado. Sus ganas y la tecnología, en cambio, hicieron que pudiera igualmente participar de La magia del Tulipán sin necesidad de estar sobre el escenario. Su personaje aparece en la pantalla, en varias escenas que grabó la semana pasada.

-¿Le gustó ser un hada?

-(Risas) Me encantó la historia. Hacer cosas para niños siempre es lindo; ellos están descubriendo el mundo y se necesita que haya propuestas, muchas propuestas para ellos, que los escuchen, les transmitan valores. 


-¿Cómo se sumó al proyecto?

-Porque yo quiero muchísimo a Claudia, es una chica que siempre fue igual, nunca cambió… una mujer muy ubicada, inteligente, siempre la seguí de muy de cerca. Y un día ella me dijo: "Si yo hago algo para niños, ¿me acompañas?" Si es para una obra solidaria, sí, le respondí. Y ella como es muy caritativa, resolvimos recaudar para el Cottolengo Don Orione femenino. Esto sí: porque hay niños allí que realmente necesitan todo nuestro apoyo. Hay muchos niños viviendo situaciones que... ojalá que existiesen las hadas para revertir ciertas cosas.  


-¿Le gustó actuar?, ¿cómo se sintió?

-Siempre fue el sueño de mi vida el teatro. Nunca lo pude hacer por razones obvias, hace 50 años no podía subir a un escenario. Mis padres se pegaban un tiro, me desheredan. Quería hacerlo, como el ballet, que lo seguí muchos años hasta que me rompí el tobillo. De teatro estudié a escondidas en Londres. Estaba pupila y encontraba una excusa para ir al teatro Old Bik hasta que me descubrieron y me sacaron de Londres. 


-¿Tuvo nervios en la grabación?

-Ninguno. No tengo consciencia de vergüenza. Me cuesta entrar a un restaurante que no conozco, o un sitio sola. Pero si estoy con un grupo y haciendo algo, no tengo ningún problema. No tengo que inventar nada, nada que no sea de lo que yo piense o sienta. Si estoy haciendo un película o cualquier cosa, por qué voy a tener miedo, si ya sé lo que tengo que hacer. ¿Por qué voy a tener miedo? Tenés miedo a lo desconocido o miedo a hacer el ridículo, entonces no aceptes. Uno puede tratar de hacer las cosas lo mejor posible. El que hace se equivocó. No tengo, nunca tuve, el problema de las cámaras porque no tengo que esconder nada. Si yo tuviese que decir algo que no lo es, no lo podría hacer. Jamás. Si es así, con tal que sea productivo, lo voy a hacer. Me sale del fondo del corazón, ninguna vergüenza. 


-¿Lo vio?

-Sí, me lo mostraron ayer... y me reí tanto. Quedó divertido. Ahora, creo que si estuviesen mis padres, los entierro de un golpe. ¿Qué dirían mis padres?, a veces pienso eso. Bueno, he salido en Carnaval, creo que eso sería peor para ellos. Yo no veo nada de malo en hacerlo, son las cosas que siento. Si quisiera jugar a una nena de 18 años sería muy triste. Si estoy haciendo un papel de una señora de mi edad, un hada y que puede divertir a los niños, transmitir un mensaje y encima ayudar a una institución, ¿cómo no lo voy a hacer? Si me hubiera tocado de bruja mala, también lo hago. 

Fuente: Sábado Show - diario El País - 17.09.2011
FOTOS: Flor Murías y 
página www.lamagiadeltulipan.com



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